Estado actual del monitoreo de agua subterránea en América Latina e Introducción al programa GGMN

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El monitoreo, o vigilancia del agua subterránea, es la principal herramienta para conocer el comportamiento general de un acuífero, que permite mejorar su gestión y tomar medidas para su manejo sustentable. La falta de monitoreo sistemático del agua subterránea es uno de los obstáculos para la gestión sostenible. Por ello, el Centro Internacional para la Evaluación de los Recursos Hídricos Subterráneos (IGRAC por sus siglas en inglés), situado en Delft (Holanda) ha desarrollado la Red Global de Monitoreo de

El monitoreo, o vigilancia del agua subterránea, es la principal herramienta para conocer el comportamiento general de un acuífero, que permite mejorar su gestión y tomar medidas para su manejo sustentable. La falta de monitoreo sistemático del agua subterránea es uno de los obstáculos para la gestión sostenible. Por ello, el Centro Internacional para la Evaluación de los Recursos Hídricos Subterráneos (IGRAC por sus siglas en inglés), situado en Delft (Holanda) ha desarrollado la Red Global de Monitoreo de Aguas Subterráneas (GGMN), programa que tiene como objetivo mejorar la calidad y accesibilidad a la información del monitoreo a nivel global y, con ello, mejorar el conocimiento sobre el estado del recurso. Así mismo, el Centro Regional para la Gestión de Aguas Subterráneas (CeReGAS), ubicado en Montevideo (Uruguay) es un organismo que tiene como objetivo apoyar a países de América Latina a mejorar la gestión sustentable de sus aguas subterráneas proporcionando las capacidades científicas y técnicas para apoyar el desarrollo sostenible del recurso a través de un enfoque integrado. En este trabajo, CeReGAS e IGRAC, a través del programa GGMN, presentan una aproximación al estado del monitoreo cuantitativo de las aguas subterráneas en América Latina. El estudio muestra que existen situaciones diversas en la región. Se presenta el relevamiento realizado y sus resultados, con ejemplos de redes nacionales de Brasil y Chile, redes locales, con el caso de Argentina, y la ausencia de redes de monitoreo, con el caso de Honduras.